domingo, 6 de diciembre de 2015

Manifiesto Nalgaísta



Lenguaje  y  juego erótico
En el Manifiesto nalgaísta, el lenguaje está impregnado de alusiones sexuales, vocablos como encoñado, nalgaísta, etc. Pero también de un sentido irreverente y nutriéndose del habla cotidiana, también de vocablos de otras variantes dialectales del español como chingamusa que pertenece al habla cotidiana de Yucatán. Además la construcción es más dinámica y la repetición de ciertas palabras como libi, libi, libi o cool, cool, cool, le imprimen musicalidad al poema.
Intertextos:
En el poema Efraín Huerta  utiliza varios intertextos de la literatura, siempre en un sentido de burla, ridiculizándolos dentro del poema. A continuación anexo una lista de las obras que utiliza Huerta y el verso donde lo identifiqué:
El Quijote de Cervantes de Saavedra: “baratarios y pancistas”. Haciendo alusión a Sancho Panza y la ínsula Barataria.
Calderón de la Barca, La vida es sueño: y los sueños, sueños son…
Alusión al refrán ni con el pétalo de una rosa: ni con el pétalo de un maguey
Canto popular A la víbora de la mar: víbora viborilla de la mar
Elogio a Fuensanta de Ramón López Velarde
Canción de otoño en invierno de Rubén Darío: Me duele el pensamiento coño/cuando pienso/y cuando quiero coger/ no cojo/ ¡y a veces cojo sin querer!
Piedra de sol de Octavio Paz, hace referencia a dos piedras de sol
Poema 20 de Pablo Neruda: para escribir en ella los versos más tristes esta noche
Nostalgia de José Santos Chocano: Estoy cansado de ser río/ resulta que me canso de ser río
Alusión al nombre del poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada: Veinte, veinte kilos de amor y una succión desesperada
Poema Tuércele el cuello al cisne de Enrique González Martínez: Tuérzanle el cuello al ángel de engañoso trasero.
Declaración de amor y declaración de odio
En Declaración de odio la ciudad está desnuda de ideales y se retrata tal cual es. No se ocultan los recónditos y oscuros burdeles, ni los asesinatos, ni los crímenes, ni la basura. Se recrimina a los jóvenes que se escudan en lo americano, en las película y el ice cream, de los que buscan en otros libros de otras lenguas, lo que deberían buscar en lo suyo. La ciudad es vista como una mujer ultrajada en mano de ruines habitante, vicioso y pervertido, que la usan y la destruyen a su antojo.
Mientras que en Declaración de amor, la voz poética rescata las particularidades de la ciudad, las calles recién lavadas, los edificios que parecen de cristal, las monedas perdidas, las ancianas, los hombres que parten a trabajar. La ciudad es amada por el yo poética y siente a  la ciudad  como una madre que le protege.
Es claro que Huerta es simpatizante del trabajo, del esfuerzo y del amor a la tierra. No está a favor de los poetas de ocho sonetos al día, sino al hombre que se entrega y que ama, que demuestra su fortaleza, él que imita y desprestigia la ciudad. Para Huerta el hombre que vale es el trabajador, la juventud debe ser activa y pensante, los vicios y las perversiones no tienen cabida en la ciudad, en el país. En ambos poemas se ejemplifica, se habla de una ciudad, pero en realidad es aplicable al país, se esperan ciudadanos responsables, respetables y de carácter. 
En conclusión Huerta dejaba entrever su formación socialista, siempre a favor del género humano capaz de enaltecer con trabajo y esfuerzo al país, estaba en desacuerdo con las injusticias, el hambre sobre todo. Los intelectuales deberían dejar sus caratas y sus ínfulas y demostrar su verdadera esencia. Sobre todo a Efraín Huerta le duele su patria, le duelen sobre todo la indolencia y a falta de iniciativa.



Diana Marisol Gutiérrez Medina

13 de octubre de 2015

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