*A continuación se anexan una serie de imágenes que pertenecen a una presentación en Power Point que por desgracia no fue presentada en clase de Literatura Mexicana del siglo XX pero sirvieron de notas para presentar al autor de Estatua de Sal. De manera condensada les presentamos datos biográficos y algunas opiniones de literatos reconocidos, además una pintura donde se retrata al joven Salvador Novo y un mural de Diego Rivera, en donde Salvador es representado como un burro. Entre Salvador Novo y Diego Rivera existieron roces y cada uno utilizó, palabras y murales, para mofarse uno del otro. Por ello también se incluye unas estrofas de La diegada, poema satírico en donde Salvador Novo, ridiculiza al pintor.
jueves, 26 de noviembre de 2015
jueves, 12 de noviembre de 2015
La estatua de sal
La estatua de sal: provocación
y confesión
Diana Marisol Gutiérrez Medina
Una de las figuras más polémicas y atrayentes del siglo
XX en la literatura mexicana es el poeta, dramaturgo y ensayista: Salvador
Novo. A través de su obra periodística nos devela la Ciudad de México, retrata igualmente las
particularidades y modas de la época, como de las costumbres prehispánicas o
datos históricos relevantes. Fue integrante de Los contemporáneos, grupo que inicia con la publicación de la
revista homónima. Parte de su legado se encuentra en la gestión cultural en
1947 cuando colaboró con Carlos Chávez en el lanzamiento del Instituto Nacional
de Bellas Artes, en 1953 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua y en 1967 obtuvo
el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el ramo de lingüística y literatura.
Hombre culto e impulsor de las letras, debió
vivir siempre entre dos mundos el homosexual y el de la sociedad mexicana de la
época. En su autobiografía La estatua de
sal, es el retrato de un hombre en pleno ejercicio de la honestidad, sin
inhibiciones describe sus encuentros sexuales y sus primeros acercamientos al
mundo homosexual, aunque los hechos
son narrados de forma directa,
sin rodeos, ni explicaciones innecesarias, la calidad de la prosa, la plástica
de las imágenes son relevantes.
En la
obra, Novo se remonta a aquellos años, cuando era infante y vivía con sus tíos
en la Ciudad de México, cuando le mimaban, esos años felices duran poco, se
debe desplazar en compañía de sus padres hacia Torreón, las impresiones que
tiene del norte del país son crudas, no terminan ni él, ni su madre (así lo
refiere) por acostumbrarse a un lugar tan árido. El motivo del traslado son las
revueltas producto de la Revolución Mexicana. Este período marcó negativamente
a Novo, su tío muere a manos de los revolucionarios y su padre se exilia en
Estados Unidos. En Torreón Salvador conocerá a su primer amante, sus primeros contactos
con lo homosexual estarán permeados de curiosidad pero también de inocencia. En
su infancia sus precoces vecinos y sus juegos no tan inocentes, fueron sus
primeros encuentros. En la adolescencia el libro que encuentra en la biblioteca
de su tío, titulado La fisiología del
amor, le hace sentir curiosidad, imagina como sería su primera vez. Revelará
que su primer encuentro fue vacío, que no sintió el menor placer, en ese parte
del libro el lector puede darse total cuenta de la desilusión del autor. Su
primer encuentro marca un antes y un después, deja de lado la inocencia y la
curiosidad, se siente distinto, liberado.
Regresará a su tan amada ciudad, dejando
atrás al niño. Al regresar Salvador se percata de todas las cosas que nuevas,
la música, las modas y las costumbres, vuele a estar entre sus tíos y con su
abuela, pero sin su padre que se quedará una temporada más en Torreón hasta su
muerte. El joven Salvador se enfrenta a los rituales iniciáticos a los que su
primo orilla, a irse por la noche a visitar prostitutas, ir a los bares,
fingiendo una timidez que no es más que tedio. Comienza una suerte de
enmascaramiento. En la Escuela Nacional Preparatoria conoce a Xavier
Villaurrutia, quien se convertiría en su fiel amigo y cómplice. En esta nueva etapa a Salvador le sobreviene
en dos fases: una de vagabundeo en donde comienza a fumar y tomar, a buscar furtivamente
un amante. Uno de los encuentros más importantes es cuando se acuesta con el
chofer de su tío, lo que marcará su preferencia por los hombres rudos.
Poco a poco Salvador se irá introduciendo en
otras esferas, ya no en solitario. Al lado de La perra Collie, el uso de motes es sumamente común en la obra en
donde los homosexuales ostentan toda clase de apodos, al mismo Salvador le
apodaban El venadito. Conoce la
esfera de los estudios donde los homosexuales podían hacer reuniones, todos
podían ser ellos mismos. El mismo Novo se da el lujo de formar un grupo y
rentar un piso en la calle Donceles. El otro polo lo conoce a lado de Antonio
Adalid, los amantes refinados, los hombres de prestigiosos nombres que tienen a
sus amantes delicados, aunque respetables, viejos y con familia, siempre
desearon a otros hombres.
El propio Antonio Adalid participo en el
famoso baile de los 41 e intenta
presentar a Salvador con otros hombres, mayores y respetables, para que se
establezca con una pareja a su altura, pero los pretendientes le parecen
anticuados y fuera de sus deseos reales, Salvador Novo amaba la clandestinidad
de los encuentros fugaces con choferes. Por desgracia el texto queda trunco,
después de la cortante entrevista que sostiene con Pedro Enríquez Ureña, y su
ingreso para cursar Leyes al lado de Xavier Villaurrutia. No sabemos más de la
vida oculta de Salvador, vale la pena recalcar que la obra salió a la luz
póstumamente y hasta la década de los 90. Aunque inconclusa La estatua de sal es una honda confesión del hombre,
del joven, del niño que fue Salvador Novo, quien tuvo que ser dos hombres a la
vez, ante su familia respetable y estudioso, salvo un par de incidentes, el
verdadero hombre que se asume por completo está reflejado en la obra. El libro
es un recorrido por ese mundo del ocultamiento en donde los hombres debían
fingir y luchar contra lo que eran. El
humor no desaparece, la ironía, el autoescarnio pero todo lo que relata
Salvador Novo tiene un dejo de soledad, tiene un sentido de remembranza
reflexiva. Una honda confesión, eso es La estatua de sal.
Fuente:
Novo, [Salvador]. (1998).La estatua de sal. México: CONACULTA. Prólogo de Carlos Monsiváis.
Bienvenido lector :
La contra
Nomás
Por
joder
Yo
voy
A
resucitar
De
entre
Los
Vivos
Poemínimo de Efráin Huerta
El siglo XX en la literatura mexicana es un siglo importante y rebosante de autores y textos. Se puede decir mucho sobre ese siglo tan convulso: La Revolución Mexicana y el Movimiento Estudiantil del 68, La cristiada, entre otros movimientos.
La historia del país se refleja en las grandes novelas como El águila y la serpiente de Martín Luis Guzmán, Las muertas de Ibargüengoitia otras desde un plano más intimo como La tumba de José Agustín, o la fantástica Aura de Carlos Fuentes.
Este blog se creo con el afán de reunir en un medio accesible, el acervo que fundamenta la clase Literatura Mexicana del siglo XX, que se imparte en la Licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara.
Aunque es una iniciativa escolar, deseamos que la información que se encuentra en este medio, sirva para que otros se acerquen a nuestra literatura nacional y la disfruten tanto o más que nosotros.
Diana Marisol Gutiérrez Medina
Gabriel Emmanuel Flores Hernández
Ana Paola Lupercio Dorantes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)